(Referencia del Seminario 6 de Jacques Lacan, El deseo y su interpretación)

Teresa Monreal*

 

El sueño es un acto psíquico de pleno derecho, su fuerza impulsora es un deseo por cumplir, el que sea irreconocible como deseo se debe a la influencia de la censura psíquica que influyó en su formación. Tuvo que constreñirse y condensar el material psíquico para sustraerse a esa censura.

Cada vez que un elemento está ligado a otro por una asociación desconcertante, existe también una ligazón correcta y profunda entre ellos. Ligazón que se halla disimulada por la resistencia de la censura.

La concatenación en los pensamientos viene determinada por ciertas representaciones privilegiadas, las representaciones-meta, que ejercen una atracción sobre las otras representaciones.

Lacan al principio del Cápitulo VIII se refiere a los olvidos del sueño: El propio sujeto al relatar el sueño tiene la impresión de que algo ha olvidado, o que es dudoso. Incluso pone en duda el grado de realidad de lo que vió en el sueño; le parece plagado de absurdidad. Pues bien, nos dice Freud: esto enuncia uno “de los pensamientos latentes del sueño”.
Freud habla de los olvidos del sueño y de sus determinaciones diciendo “Lo que recordamos del sueño está deformado por nuestra memoria… es dudoso que un sueño haya sido tan coherente como lo contamos… por el contrario hay elementos ínfimos poco destacados que suelen resultar indispensables para la interpretación…”

Desfiguramos el sueño en el intento de reproducirlo, es decir en la elaboración secundaria que lleva a cabo el pensamiento normal… pero tal deformación sólo es una parte de la elaboración a la que son sometidos los pensamientos oníricos a consecuencia de la censura.

En lo psíquico no hay nada de arbitrario, los pensamientos están comandados de manera unívoca y necesaria por pensamientos que hay en mí, aunque estén alejados de lo que designo en ese momento.

Por tanto no son arbitrarias las alteraciones que el sueño experimenta al ser narrado.

El sueño a menudo se olvida a pesar de los esfuerzos por retenerlo… pero todo lo que el olvido carcomió en el contenido del sueño a menudo puede ser rescatado por el análisis… y nos muestra que en el olvido del sueño ha habido un propósito… generado por la resistencia.

La resistencia que el alma opone al sueño es la principal responsable de olvido.

¿Qué fue lo que posibilitó que el sueño se formara en contra de esa resistencia?

Si consideramos el juego de las fuerzas psíquicas tenderemos que afirmar que el sueño no habría sobrevivido de haber reinado la resistencia durante la noche como lo hace durante el día. Por la noche perdió un parte de su poder, aunque no fue cancelada. Por eso fue necesaria la deformación onírica (de ese deseo por cumplir). Recuperada su fuerza al despertar enseguida vuelve a eliminar lo que se vio forzada a admitir mientras estaba disminuida.

Es decir, el estado de dormir posibilita la formación del sueño por que rebaja la censura.

Para la interpretación debemos desechar todas las representaciones-meta que normalmente presiden la reflexión….iremos a todos los elementos involuntarios que se nos ocurran y nos dejaremos guiar por ellos. Aunque parezca que marchamos a la deriva no es así (la asociación libre no tiene nada de libre).

Se puede demostrar que no es cierto que nos entreguemos a un decurso de representaciones sin meta alguna… Por más influencia que ejerzamos sobre nuestra vida anímica es imposible establecer un pensar sin representaciones-meta, siempre estamos guiados por las representaciones-meta inconscientes.

El discurrir sin regla, carente de representaciones-meta, no se presenta ni en la histeria, ni en la paranoia, ni en los sueños… aún los delirios en los que padecen estados confusionales, están provistos de sentido y sólo por sus omisiones se vuelven incomprensibles para nosotros.

Cada vez que un elemento psíquico se enlaza con otro por una asociación chocante y superficial, existe también entre ambos un enlace correcto que cala más hondo, sometido a la resistencia de la censura. Bajo la presión de la censura se producen desplazamientos de una asociación normal y seria, a otra superficial que parece absurda.

Con el abandono de las representaciones-meta conscientes (en el análisis de un sueño) el paciente entrega el gobierno sobre el decurso de las representaciones, a unas representaciones-meta ocultas… las asociaciones superficiales son un sustituto por desplazamiento de otras sofocadas que calan más hondo.

 

* Trabajo presentado en la clase del 14 de marzo de 2015 del Seminario del Campo Freudiano de Bilbao, Curso 2014 – 2015, dedicado al Seminario 6 de Jacques Lacan