III Conversación Clínica

Seminario del Campo Freudiano de Bilbao

Cuando el ánimo falla
Trastornos del humor, manía – melancolía


Reseña

 

El 20 de octubre de 2012 asistíamos al comienzo del nuevo curso del Seminario del Campo Freudiano de Bilbao.

Bajo el título “Cuando el ánimo falla. Trastornos del humor, manía-melancolía”, nuestros compañeros psicoanalistas, Luis Alba, Carmen Campos, Paloma Larena, Marta Maside, Marta Serra y Rosalba Zaidel, presentaron seis casos para conversar en torno al eje propuesto.

La Conversación Clínica, animada y presidida por Guy Briole, bajo la coordinación de Fabian Fajnwaks y Cristina Califano, colocó sobre la mesa el uso actual del significante depresión, significante que cubre vivencias subjetivas muy diferentes, singulares a cada uno, que dan cuenta de una temporalidad precisa en la vida de un sujeto, ubicando un antes y un después, que tiñe la existencia del después de una tonalidad plana y gris.

Lo que hoy se llama depresión se da como enmascaramiento de lo que está tocado en el Sujeto –señalaría más tarde en la Conferencia de clausura, Guy Briole.

Uno por uno, cada caso nos ha ofrecido la posibilidad de escuchar cómo también en este nuevo tiempo de la civilización, cada analista maniobra para que el sujeto, desde su singularidad y sus formas de organización y funcionamiento propio, vaya desplegando un trabajo de creación sintomática en respuesta a su relación particular con la falta, que es de lo que dan cuenta las variaciones del humor – se acentuó en la conversación clínica.

La práctica clínica, orientada por Lacan, nos enseña -de ello dieron buena cuenta los casos- cómo cuando un paciente acude aquejado de un estado depresivo es muy importante dar tiempo para que, a través de las formas de presentación a la entrada, con ese “no sé”, esa “soledad”, ese “enlentecimiento”, ese “aburrimiento”, ese “cansancio”, ese “dolor que no cesa”, pueda ser dialectizado, permitiendo al sujeto responsabilizarse de su posición, bien hacia un deseo decidido, en el caso de las neurosis, bien hacia una creación sintomática que le permita un modo de anudamiento que organice su vida cotidiana. Práctica clínica que no es posible realizar sin la operación de la transferencia, operación analítica resultado de la presencia efectiva del analista que se coloca al alcance de la palabra y de la escucha.

Hemos podido escuchar los desplazamientos del humor, que es como lo encontramos, desplazado, porque el humor es un afecto y, sabemos que un afecto es lo que no está reprimido, sino desplazado. No es como el afecto de la angustia, el cual Lacan dirá es el afecto que no engaña, que siempre viene al mismo lugar. El humor está ligado a la relación del sujeto con su falta.

Los casos clínicos nos mostraron cómo la manía y la melancolía se corresponden a las expresiones de los afectos de la forclusión del Nombre del Padre.

Guy Briole citó a Lacan en “Televisión” sobre este punto, “por poco que esta cobardía moral, por ser rechazo del inconsciente vaya a la psicosis es el retorno en lo real de lo que es rechazado en el lenguaje. Es la excitación maniaca, por la cual, ese retorno, se hace mortal”.

En la Conferencia de Clausura, Guy Briole puntuó cómo estas oscilaciones del humor las encontramos también en las neurosis.

Se tratará entonces, como subrayara ya Lacan, de distinguir entre la clínica de la cobardía moral, que hace a las neurosis y, la clínica de los trastornos del humor, que hacen a la clínica del rechazo del inconsciente.

María Verdejo