María Verdejo
Gracias a la Antena Clínica y a Débora Nitzkaner por ponerme al trabajo.
Como lo que he entendido además es que se trata de que podamos debatir a través de una cita algún punto de enseñanza o impasse clínico, que nos acerque a los tiempos que corren y a la clínica.
Un punto de enseñanza
He tomado la cita en la que Lacan retoma el punto de almohadillado del Seminario III, Las psicosis.
El capítulo a que se refiere en esta cita es al capítulo XXI del seminario sobre Las psicosis titulado, “El punto de almohadillado” (1).
“Hagan exactamente lo mismo (2) que con el que quise ponerles, ya hace casi un siglo, a los tipos a quienes hablaba en Sainte-Anne, a propósito de la primera escena del Acto I de Atalía. Todo lo que entendieron fueron los puntos de almohadillado. No digo que fuera una metáfora excelente. Finalmente era un S1, el significante amo.
[…]
Era el significante amo. Era una manera de pedirles que se dieran cuenta de cómo algo que se extiende en el lenguaje como un reguero de pólvora, es legible, es decir, que prende, hace discurso.
Siempre sostengo que no hay metalenguaje. Todo lo que se puede creer que es del orden de una búsqueda de meta en el lenguaje, es simplemente, siempre, una cuestión sobre la lectura”.
Un poco más arriba, Lacan formula una pregunta,
“¿qué hace que podamos preguntarnos, siempre, cuando leemos cualquier texto, en qué se distingue como legible?” (3)
Lacan, está poniendo el acento en la lectura, y me pregunto si podemos aquí tomarlo como un primer esbozo o indicación de lo que más adelante Lacan teorizará en relación a la letra.
Estamos en el quinto paradigma del goce, el goce discursivo, que JAM nos ha enseña a leer como, cito:
“El progreso sensible del quinto paradigma […] es que tenemos una determinación de lo que es ser previo a la puesta en marcha del sistema significante y bajo la forma más precisa: se trata de un ser de goce, de un cuerpo afectado por el goce. Por eso Lacan subraya en El reverso del Psicoanálisis que el punto de inserción del aparato significante es el goce” (4). […]
“De modo que antes la problemática era la captura por lo simbólico de un dato previo y después se tiene la idea de la inserción del aparato significante en el goce, y este es situado como la condición misma de la emergencia del significante. De ahí que Lacan plantee que el significante es aparato de goce, contrariamente a toda noción de la autonomía de lo simbólico” (5).
Es así como con la lectura de J.-A. Miller leo la frase que está en la página 204, podemos leer:
“Hoy les he aportado la dimensión de la vergüenza […] Este es tal vez el agujero de donde brota el significante amo.
¿Podemos leerlo como un lazo directo entre significante y goce?
Entonces, mi pregunta en relación a la enseñanza aquí, concentrada en el párrafo en el que se menciona el punto de almohadillado, es si podemos considerar que es una manera de orientarnos hacia el más allá del sentido (si puede decirse así). Giro entonces que abre a una nueva manera de concebir la acción en el discurso psicoanalítico y la interpretación.
En realidad creo que esta pregunta se va respondiendo en esa manera en la que Lacan hace circular en cada uno de los apartados del capítulo a la vergüenza.
Extraigo, de la lectura que hace Eric Laurent sobre este capítulo, el siguiente párrafo:
A la luz de lo que presenta en el Seminario XVII del lazo directo entre el significante y el signo , el punto de almohadillado, ya no es suficiente, algo más se necesita. Eso es lo que ocurre con la vergüenza introducida desde el principio como homólogo del temor introducido en Atalía” (7) (8).
Termino con una nueva cita de JAM en el curso de La Experiencia de lo real en la cura psicoanalítica:
“[…] comprendimos bien que el significante representa al sujeto para otro significante, que es una relación que resume la alienación simbólica. Pero los discursos de Lacan introducen que el significante representa un goce para otro significante, fórmula que no da porque produciría confusión con la primera. Sin embargo, es la noción de que el significante representa el goce, y que al hacerlo falla, así como falla el significante que representa al sujeto puesto que queda el conjunto vacío al lado” (9)
NOTAS:
(1) Lacan, J., El reverso del psicoanálisis, Buenos Aires, Ed. Paidós, 1996, p. 205.
(2) Este “lo mismo”, se refiere a la re lectura que pide Lacan de la obra de Balzac, El reverso de la vida contemporánea.
(3) Lacan, J., El reverso del psicoanálisis, Buenos Aires, Ed. Paidós,1996, p. 205.
(4) Miller, J.-A., La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica, Buenos Aires, Ed. Paidós, 2006, p. 252.
(5) Ob. Cit. p. 252.
(6) Lacan, J. El reverso del psicoanálisis, Buenos Aires, Ed. Paidós, 1996, p. 204.
(7) Laurent, E., Lectura del seminario XVII, lección “El poder de los imposibles” para la London Society de la NLS. Editado Psicoanálisis Lacaniano, 2020, Protegido.
(8) Lacan, J., Seminario III, Las psicosis, Buenos Aires, Ed. Paidós, 1985, capítulo XXI, p. 369-386.
(9) Miller, J.-A., La experiencia de la real en la cura psicoanalítica, Buenos Aires, Ed. Paidós, 2006, p. 239.